Pautas para la elaboración de un ensayo
¿Qué es un ensayo?
Un ensayo es un escrito en prosa, en general breve, que
propone una interpretación personal sobre un tema que puede ser filosófico,
científico, histórico, literario, etc. La palabra ensayo refiere precisamente a
su particularidad: se trata de ensayar, pensar, probar, proponer una hipótesis.
Por tanto, lo que define al ensayo es la actitud de prueba e interpretación del
escritor o la escritora.
El ensayo es el resultado de un proceso de reflexión y
exploración sobre un tema; un proceso en el que es importante la audacia y la
originalidad para pensarlo de un modo propio. Es una forma libre: en él caben
las dudas, los comentarios e incluso las anécdotas y experiencias de quien lo
elabora.
El ensayo tiene un carácter esencialmente comunicativo, ya
que busca establecer un diálogo reflexivo entre el ensayista y el lector. La
persona que escribe el ensayo busca convencer a otra sobre sus ideas con
relación al tema que analiza. Por eso, el punto de vista del autor o autora –y
cómo se lo defienda con buenos argumentos– es el aspecto fundamental en un
ensayo.
Estructura del ensayo
El ensayo no necesita de una estructura rigurosa. De todos
modos, para facilitar su escritura puede ser útil organizarlo del siguiente
modo:
INTRODUCCIÓN.
Consiste en la presentación general del tema. Debe ser corta (uno o dos
párrafos) y contribuir a crear interés en el lector.
DESARROLLO. Es el
desarrollo de la hipótesis o idea central y la exposición de datos, opiniones e
información para justificar la idea.
CONCLUSIÓN. Para
cerrar el ensayo, se resalta la importancia de los datos que le dan validez a
la hipótesis y se finaliza reiterando la idea principal.
Algunos pasos para
realizar un ensayo
Elegir y delimitar el tema sobre el cual se va a escribir.
Investigar, buscar información sobre el tema y comparar
nuestras ideas con las de otros autores y autoras.
Este trabajo de investigación sobre las fuentes –los
materiales que nos suministran información sobre el tema escogido–, dará lugar,
al momento de escribir, a la inclusión de citas bibliográficas que demuestren
que el ensayista conoce otros puntos de vista sobre ese mismo tema.
Utilizar habilidades de razonamiento propias de cada uno/a.
Elaborar preguntas que nos ayuden a desarrollar el tema. El
ensayo deberá reflejar las respuestas a estas preguntas.
Hacer un esquema en el cual ubiquemos las ideas y argumentos
de un modo visual, de acuerdo con la estructura lógica que le daremos: las
ideas principales, las ideas secundarias, las conclusiones, etc.
Desarrollar un plan de redacción con la estructura referida
anteriormente: introducción, desarrollo y conclusión.
El ensayo debe plantearse desde un punto de vista crítico;
por lo tanto, si vas a realizar uno, es necesario:
Evaluar las ideas incorporando juicios de valor y razones en
las que se basan estos juicios. Especificar ejemplos, evidencias, detalles que
apoyen tus juicios, clarifiquen tus razonamientos.
Analizar los pros y los contras de las aseveraciones.
Elaborar una lista con los aspectos positivos y negativos, para tenerlos en
claro.
Analizar dividiendo el texto en partes o secciones. Dividir
el objetivo de la temática que se va a analizar según sus partes principales.
Escribir y relacionar estas secciones con los pasos: describir, explicar, etc.
Explicar. Demostrar las causas o las razones. Señalar los
pasos que llevan a que una causa produzca un efecto, los factores que influyen.
Describir. Dar las características principales de una cosa,
los detalles y las aclaraciones que ilustren el tema de análisis.
Argumentar. Dar razones sobre la toma de una determinada
posición en contra de otra. Defender tus razones ante todas las objeciones
posibles.
Demostrar. Dar evidencias, fundamentos lógicos, recurriendo
a principios o leyes, y ofrecer opiniones y ejemplos.
El título del ensayo debe ser breve, pero preciso y
descriptivo respecto del tema que se trata. Puede ser un título llamativo o
impactante.
El estilo debe ser directo y claro.
Tener en cuenta la ortografía y concordancia gramatical.
Tener en cuenta el uso adecuado de signos de puntuación y
evitar repetir las mismas palabras y frases. Trabajar con sinónimos.
El uso de la cita en el ensayo
Es importante que, si se utilizan las ideas de otras
personas, se indique a quién pertenecen. Esto es, se deben citar las obras de
aquellos autores cuyas ideas, teorías e investigaciones han influido en nuestro
trabajo.
Si se copia textualmente –es decir, palabra por palabra- un
pasaje de texto de otro autor o autora, se lo debe poner entre comillas. Las
comillas sirven para señalar el comienzo y el final de la cita textual. En
dicho caso, es necesario insertar una llamada con un número voladito (1, 2, 3…)
al final de la cita, que se corresponda con una nota a pie de página en la que
aparezca la referencia a la fuente de nuestra información. O bien se puede
incorporar un listado de referencias bibliográficas al final del documento: una
Bibliografía. Esta es una sección –colocada al final de un texto, en forma de
lista ordenada alfabéticamente– que incluye no solo las fuentes que se leyeron
para escribirlo sino, en particular, las que se citaron en el cuerpo del texto.
Es importante saber que, cuando se elige un formato de cita,
debe respetarse el mismo criterio para todo el trabajo.
A continuación
daremos algunos ejemplos que pueden servir como modelos para armar referencias
bibliográficas:
1. Documentos impresos Libro con un autor: Manzoni, C.,
Violencia y silencio: literatura latinoamericana contemporánea, Buenos Aires,
Corregidor, 2005.
Libro con más de un autor:
Svampa, M. y Pereyra, S., Entre la ruta y el barrio. La
experiencia de las organizaciones piqueteras, Buenos Aires, Biblos, 2003.
Para libros con más de tres autores, o bien se registran los
nombres de todos los autores o el nombre del primer autor seguido de “y otros”
[o et al.]
Avensour, M. et al., Voces de la filosofía francesa
contemporánea, Buenos Aires, Colihue, 2005.
Capítulos de libros:
Borges, J. L. y Jurado, A., “La transmigración”, en Qué es
el budismo, Buenos Aires, Emecé Editores, 1991, pp. 61-76.
Artículos en revistas:
García Negroni, M. M., “La distinción pretérito perfecto
simple/pretérito perfecto compuesto. Un enfoque discursivo”, Discurso y
Sociedad, vol. 1, N° 1, 1999, pp. 45-60.
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